entre la normalidad y la locura
que se mezclan a cada paso,
en cada latido.
En el fondo,
son los mismos
estados esquizofrénicos
que adopta el alma
en cada cuerpo que se mueve
entre el nacimiento y la muerte.
Consumiendo la mentira mortal
del tiempo más criminal,
mientras la materia se transforma
en cada electrodo que danza
al rededor del núcleo de cada átomo
relleno de la nada de Dios.
Mientras mira, empezaré una serie
nueva, que me han dicho
que no está mal, en MoviLeches!
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