Otra vez me despierto y empiezo el día. Una sensación de irrealidad me penetra el espiritu, pero el cuerpo reacciona de un modo regular, reconociendo el ritual de la costumbre, la costumbre no tiene que ser un inconveniente. Al contrario.
Hoy es como ayer, pero diferente. El tiempo es como el río de Heráclito. Y la vida también, no deja de cambiarnos. Ya que somos cambio, como tal i comodice la genial canción de Bowie.
Los días no dejan de ser pequeñas travesías que nos traviesan y nos sacuden entero, de la cabeza a los pies. Son pequeñas vidas en nuestra vida. Y quien sabe quizás despertamos para soñar a consciencia y danzar al compás de la melodía del tiempo, hacia el olvido más evocador. Sí, como otro milagro mundano y mortal.
Sí, todavia todo es posible y, lo mejor siempre está por llegar.
Dani Torralba 14 febrero, 2015
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