domingo, 14 de julio de 2013

LA ENTRAÑABLE EFICACIA DE LO SUEÑOS

  Hola me llamo Juan Tocario, pero me llaman tito Juan. No sé muy bien el porqué, la verdad. La vida es rarisima. Sin ir muy lejos yo mismo, en un pasado lejano, trabajé como investigador privado. Sí, así como se lee (y eso que seguramente  hay lecturas peores). La cosa fue de la siguiente manera: a mis cuarenta añitos me quedé sin faena (!Vaya faena!) La empresa, después de doce años trabajando, me dio una patada en el colón. La mujer de mi vida, al comprobar que yo no me quería casar por noothing the world, me dejó por mi mejor enemigo y para acabarme de rematar, me sacaron a patadas del piso en dónde vivía de alquiler. El caso es que debía cinco meses, y eso que el dueño fue compañero mío en EGB. ¡Qué cabrón! La confianza da asco. El caso es que regresé a casa de mis viejos. Pero mis viejos no me esperaban. Tampoco me esperaban cuando nací. Yo tampoco me hubiese esperado, tengo cara culo, pero la vida ya se sabe, es una hijaputez sin sentido.
   No tuve más remedio que buscarme la vida.
   
   De momento me instalé en una pensión. La chica de recepción, a pesar de tener un ligero bigote, me cayó bien desde el principio: le gustaban las rancheras de Chavela Vargas, los poemas de Bucoswky y, un gintónic a media tarde. Así pues trate de ligarmela, pues era la hija del dueño de aquella pensión. Y si una criatura así se le puede hacer feliz, el paraíso puede aparecersele a uno en cualquier momento. No lo tuve fácil, se hacia la díficil. No me extraña una fan de Chavela es todo un lujo para el body de cualquiera. El caso es que tardé una semana en atraerla hacia mi cama. Desde el primer revolcón, supe que bajo las faldas de aquella mujer bigotuda, el éxtasis más terrenal era posible. Hay tías buenas que cuando las consigues echar mano, el polvo resulta ser una travesía por el desierto y, la posible negociación para una contrató matrimonial a corto plazo y de lo más asqueroso. Ya se sabe: hijos, suegro, cuñados idiotas, responsabilidades esclavas, comidas de olla. O sea una zancadilla para la pasión y el desenfrenó más libre. ¡Que asco de vida por 2! . En cambio ella, mi bigotuda, era toda una bomba sensual que renovaba la sangre y la vitalidad. Por delante y por detrás. Gracias a sus caricias, besuqueos, chupetones,  saqué nuevas fuerzas parta continuar con mi vida. 
  Cómo tenía un tiempo de paró, me propuse estudiar algo, pero no sabia el que. Estudiar nunca fue lo mio. En el instituto sólo lograba aprenderme de memoria los precios de las cañas de cerveza, y la logintud de las piernas de las chicas, tanto las alumnas como alguna profe que logré deslumbrar con mis trucos para el verso libre. Sí, de vez en cuando me escribo encima, en forma de poema. Pero la poesia no da de comer. Ahora sólo escribo de higos a brevas, sobretodo cuando me doy un homenaje con el Jack Daniel's.
   Fue Martirio, mi novia bigotuda, que un día después del polvo y el gintónic de media tarde, me habló de unos cursillos a distancia para ser investigador privado, subencionados por la Desunión Europeda. Mi primera reacción fue un poco burlesca hacia mi chica.
-¿A mi edad?
-¡Hablo en serio! Lo podías intentar tito, ¿a caso tienes algo que perder?

  Era verdad. No tenia nada que perder. Así que me informé y quince días después ya estaba entre libros, apuntes y emeils pa'arriba y pa'abajo. Me compré un ordenador portatil, y como la pensión tenía Internet, pues ALÁ a estudiar como loco. Y descubrí todo el mundo. Y me volví loco. Y ya no supe parar, pués después de sacarme aquel título a distancia empecé a estudiar Filosofía Aplicada desde Los Jardines de Infancia: una nueva profesión que venía importada desde el mismo Japón: aquello prometía ser el futuro.
   Aún me tenía un año y medio de paró, pero pensé en ponerme a trabajar como investigador privado. Había hecho unas practiquillas en una comisaria dels Mossos d'Esquadra, en la avenida Masnou de l'Hospitalet del Llobregat. Al fin aprobé con un notable. No estaba mal.
 
Los principios suele ser duros. Pero yo tuve suerte, y una vez instalado como investigador privado, fue cuestión de buscar clientes y empezar a desarrollar todo mi talento. Mis especialidades iban desde buscar objetos perdidos, seguir a sospechoso, investigar posibles estafas, buscar a mascotas que se había perdido.
    Aquellas alturas yo no me podía quejar. Había encontrado la profesión de mi vida, y la mujer de mi vida: Martirio. Hay mi Martirio ¡Que pedazo de mujer!
  Aún vivía en la pensión. Estaba muy bien. Vivía con Martirio y su padre. De momento no me planteaba en buscar piso ¿Para qué? Con la mal que estaban las cosas.
   Mis clientes salía contentos y pagaban lo que les pedía. Pero el caso numero 15 que tuve volvió a cambia mi vida unos noventa grados.
 
      2
             No tenía despacho. Como trabajaba con el portátil y el móvil, y todo gracia a una oferta que me hicieron en Orengge, para cuarentones autónomos como un servidor, pues no necesitaba nada más. Para quedar con los clientes, quedaba en la bar de la esquina, o en el saloncito de la pensión.
     Pero como he señalado el caso numero 15 fue algo fuero de serie.
Todo fue de la siguiente manera:
Habia quedado a primera hora de un miercoles 3, de febrero en el bar de la esquina (un bar muy, acogedor, por cierto) con mi nueva clienta. Una señora de unos cuarenta años. Ni alta ni baja. Elegantemente vestida. Rubia teñida y con unos ojos que perforaban y un escote que cortaba la respiración
-Buenas, quiero que me busque un sueño que perdí hará unos quinze años, cerca de la playa de la Barceloneta
-¿Cómo? -dije yo
  La mujer cogió aire. cambió de postura en su silla. Mi clavó los ojos y me repitió lo que me había parecido oír. Antes de que mi voz pronunciase cualquier respuesta a aquella petición. Aquella mujer del bolso sacó un fajo de billetes y me los puso sobre la mesa.
-Tenga esto es para ud. Tito. Y si me encuentra mi sueño, pídame lo que quiero. Sé de buena tinta que le gusta el Buaka buaka. -la muy cachonda me sacó una lengua traviesa
Acepté el caso. ¿Quién iba a hacer? La pasta es la pasta. Y desde que había empezado a estudiar filosofía, sabia que trabajar para vivir es lo peor que uno puede hacer en esta zorra vida.

   Aquella mujer me sedujo con su narración. Una narración que rayaba una fantasía, cómo decirlo, demasiado exagerada? Me proporcionó todo tipo de detalle para encontrar su sueño. Como he dicho cogí el caso, aunque me arrepintiera
        Por cierto la mujer se llamaba Elsa.


   3
¿Cómo recuperar un sueño de otro que se perdió unos quince años atrás?
No sabía por dónde empezar. Me limité a aplicar la tercera lesión de un maestro buda que tuve en una antigua vida: "Tito cuando no sepas qué hacer, improvisa"
  Así que improvisé. A las diez de la mañana del siguiente lunes ya estaba en la barceloneta y, con ayuda de la libretita en dónde había a puntado posibles pistas al escuchar las palabras de Elsa, me puse manos a la obra. Aquello no iba a resultar nada fácil. Porqué ¿que aspecto tiene un sueño? A más de sueños hay muchos. Ya el vivir más cotidiano de deja de ser un sueño. Y otra cosa, un sueño de más de quince años que aspecto tiene. Recorrí la calles que Elsa me dijó que había paseado al lodo de un apuesto caballero. Caballero cuyo nombre no importa. Aquel caballero había seducido a Elsa, hasta llegar a ese dia, un 14 de octubre de quince años atrás. Ese día pasearon su recién amor por las calles de la barceloneta, y de paso por los avenidas del mediterranio. Pero algo pasó. Algo se torcio de imprevisto. A caso era el sueño clave para que la vida de Elsa, al fin fuera la vida de Elsa? No sé.
    El caso es que después de quererse en una pensión de la Barceloneta , el caballero seductor marchó con el viento de las primeras horas alba. Y Elsa se dio cuenta que había perdido el sueño de su vida para siempre.

-¿Quieres que encuentre a tu caballero? Pues haber empezado por ahi, le dije a Elsa el día que me había venido a ver. Pero ella había dicho que no quería ningún apuesto caballero. Que quería el sueño. "Qué absurdo", me dije cuándo estaba a punto de volver a la pensión de mi casa, junto a mi chica bigotuda, y eso preciso instante empezó a llover. Era raro (o no) pero también hacia sol. No sé por que, pero metí la manó en una mochilita que traía conmigo y saqué una botella de plástico vacía. Le quité el tapó. Y la medio llené con la lluvia. ¡Yo lo tenía el sueño!


4
Al día siguiente Elsa me se alegró tanto de ver aquella botella.
"Tito, eres el mejor detective del mundo", me dijo. Y mientras me cogia las manos y me las ponía sobre sus caderas, añadió: "te mereces lo mejor" La tentación era mucha, pero yo lo dije que no. Que tenia mujera, y que por nada del mundo podría traicionarla. Entonces Elsa me beso en las mejillas y con un HASTASIEMPRE AMOR se fue a vivir su sueño, o a soñar su vida.
   Yo, desde ese día, decidí cambiar de profesión. Acabé de estudiar Filosofía, y con mi chica pusimos una tienda-oficina de sueños perdidos que algún día ya os hablaré de ella.
Nos casamos discretamente en una ceremonia laica (como la perra astronauta, pues éramos y somos unos lunáticos). Y ahora vivimos en una isla perdida de Grecia, en dónde también tenemos la tienda de los sueños.


Dani  T. julio 2014
                                            

2 comentarios:

  1. Dani, enhorabona! No es fácil ser original y tú lo consigues con gran facilidad. Un abrazo y espero más noticias del investigador privado de sueñossss... No deixem de somniar!!!

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  2. Jajajajaja que flipe de historia!!! Ostras tio sigue con ella que me parto.
    Está muy bien,en serio.
    Un abrazo.

    Maiky.

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