cuando pasen dos siglos de la última cita,
cuando ya esté más que harto de resucitar
después de haberme muerto con dos copas de alquitrán
y sin tus besos de cósmica y divina pantera.
Otra vez volveré a empezar de la nada
más cotidiana y arrebatadora,
para seducir el grato recuerdo de tus dedos
sobre mis labios ardientes,
como la sorda angustia de la ausencia
del libro gastado del Deseo.
Otra vez te engañaré con el reflejo
de tu propia mirada, arañando
mi corazón hambriento y solitario;
ese ramo de coral rojo
que sobrevive en una miserable pensión
a base de canciones de Tom Waits
i copas llenas de Vichy Catalán
julio, 2013 Dani T
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