Tantos años y tan joven,
tantos días durmiendo la mona,
tantas noches gozando con Aurora,
tantos meses currando como esclavo.
Hoy es el día de los días,
ideal jornada para decir NO!
De vacaciones me voy un buen rato
y ya veremos si regresaré.
Nos engañan y nos dejamos engañar,
¿Quien dice que la realidad es la oficial?
¿Quien dice que hay que ser alguien para ser feliz?
¿Quien sabe lo que realmente sabe?
No me moveré para irme lejos,
y me iré lejos sin apenas desplazarme.
Pues todo y nada es cuestionable,
y el fin se parece demasiado a todo principio.
Este es el blues
para no dejar lo que se quiere ser,
este el blues
para que lo cantes como te salga de los weebs.
Dani, julio, 2013
Poesía, pinturas, reflexiones, aforismos, y demás historias... en castellano, catalán, y otras idiotas (perdón, idiomas) Por Dani Torralba Devesa, un inconsciente que no quiere dejar de soñar bien despierto hasta el final (si hay algún final, claro)
miércoles, 31 de julio de 2013
domingo, 14 de julio de 2013
Tu nombre
Muchos nos preguntan tu nombre,
pero nosotros cerramos la boca.
¿Para qué darle vueltas,
sin saber si serás nene o nena?
Es la verdad.
Es la mentira.
Yo sé cuál es tu nombre.
Te llamas Esperanza,
mayúscula incluida.
Porque lo que es seguro
es que la vida es una enorme aventura,
que a veces da miedo,
a veces da risa,
que a veces te lo da todo
y a veces te lo quita.
Y apostar por ella,
sabiendo lo que en ella se adivina,
requiere coraje y disciplina.
Por eso sabemos tu nombre,
Esperanza,
porque contigo le damos la bienvenida a la vida.
LA ENTRAÑABLE EFICACIA DE LO SUEÑOS
Hola me llamo Juan Tocario, pero me llaman tito Juan. No sé muy bien el porqué, la verdad. La vida es rarisima. Sin ir muy lejos yo mismo, en un pasado lejano, trabajé como investigador privado. Sí, así como se lee (y eso que seguramente hay lecturas peores). La cosa fue de la siguiente manera: a mis cuarenta añitos me quedé sin faena (!Vaya faena!) La empresa, después de doce años trabajando, me dio una patada en el colón. La mujer de mi vida, al comprobar que yo no me quería casar por noothing the world, me dejó por mi mejor enemigo y para acabarme de rematar, me sacaron a patadas del piso en dónde vivía de alquiler. El caso es que debía cinco meses, y eso que el dueño fue compañero mío en EGB. ¡Qué cabrón! La confianza da asco. El caso es que regresé a casa de mis viejos. Pero mis viejos no me esperaban. Tampoco me esperaban cuando nací. Yo tampoco me hubiese esperado, tengo cara culo, pero la vida ya se sabe, es una hijaputez sin sentido.
No tuve más remedio que buscarme la vida.
De momento me instalé en una pensión. La chica de recepción, a pesar de tener un ligero bigote, me cayó bien desde el principio: le gustaban las rancheras de Chavela Vargas, los poemas de Bucoswky y, un gintónic a media tarde. Así pues trate de ligarmela, pues era la hija del dueño de aquella pensión. Y si una criatura así se le puede hacer feliz, el paraíso puede aparecersele a uno en cualquier momento. No lo tuve fácil, se hacia la díficil. No me extraña una fan de Chavela es todo un lujo para el body de cualquiera. El caso es que tardé una semana en atraerla hacia mi cama. Desde el primer revolcón, supe que bajo las faldas de aquella mujer bigotuda, el éxtasis más terrenal era posible. Hay tías buenas que cuando las consigues echar mano, el polvo resulta ser una travesía por el desierto y, la posible negociación para una contrató matrimonial a corto plazo y de lo más asqueroso. Ya se sabe: hijos, suegro, cuñados idiotas, responsabilidades esclavas, comidas de olla. O sea una zancadilla para la pasión y el desenfrenó más libre. ¡Que asco de vida por 2! . En cambio ella, mi bigotuda, era toda una bomba sensual que renovaba la sangre y la vitalidad. Por delante y por detrás. Gracias a sus caricias, besuqueos, chupetones, saqué nuevas fuerzas parta continuar con mi vida.
Cómo tenía un tiempo de paró, me propuse estudiar algo, pero no sabia el que. Estudiar nunca fue lo mio. En el instituto sólo lograba aprenderme de memoria los precios de las cañas de cerveza, y la logintud de las piernas de las chicas, tanto las alumnas como alguna profe que logré deslumbrar con mis trucos para el verso libre. Sí, de vez en cuando me escribo encima, en forma de poema. Pero la poesia no da de comer. Ahora sólo escribo de higos a brevas, sobretodo cuando me doy un homenaje con el Jack Daniel's.
Fue Martirio, mi novia bigotuda, que un día después del polvo y el gintónic de media tarde, me habló de unos cursillos a distancia para ser investigador privado, subencionados por la Desunión Europeda. Mi primera reacción fue un poco burlesca hacia mi chica.
-¿A mi edad?
-¿A mi edad?
-¡Hablo en serio! Lo podías intentar tito, ¿a caso tienes algo que perder?
Era verdad. No tenia nada que perder. Así que me informé y quince días después ya estaba entre libros, apuntes y emeils pa'arriba y pa'abajo. Me compré un ordenador portatil, y como la pensión tenía Internet, pues ALÁ a estudiar como loco. Y descubrí todo el mundo. Y me volví loco. Y ya no supe parar, pués después de sacarme aquel título a distancia empecé a estudiar Filosofía Aplicada desde Los Jardines de Infancia: una nueva profesión que venía importada desde el mismo Japón: aquello prometía ser el futuro.
Aún me tenía un año y medio de paró, pero pensé en ponerme a trabajar como investigador privado. Había hecho unas practiquillas en una comisaria dels Mossos d'Esquadra, en la avenida Masnou de l'Hospitalet del Llobregat. Al fin aprobé con un notable. No estaba mal.
Los principios suele ser duros. Pero yo tuve suerte, y una vez instalado como investigador privado, fue cuestión de buscar clientes y empezar a desarrollar todo mi talento. Mis especialidades iban desde buscar objetos perdidos, seguir a sospechoso, investigar posibles estafas, buscar a mascotas que se había perdido.
Aquellas alturas yo no me podía quejar. Había encontrado la profesión de mi vida, y la mujer de mi vida: Martirio. Hay mi Martirio ¡Que pedazo de mujer!
Aún vivía en la pensión. Estaba muy bien. Vivía con Martirio y su padre. De momento no me planteaba en buscar piso ¿Para qué? Con la mal que estaban las cosas.
Mis clientes salía contentos y pagaban lo que les pedía. Pero el caso numero 15 que tuve volvió a cambia mi vida unos noventa grados.
Pero como he señalado el caso numero 15 fue algo fuero de serie.
Todo fue de la siguiente manera:
Habia quedado a primera hora de un miercoles 3, de febrero en el bar de la esquina (un bar muy, acogedor, por cierto) con mi nueva clienta. Una señora de unos cuarenta años. Ni alta ni baja. Elegantemente vestida. Rubia teñida y con unos ojos que perforaban y un escote que cortaba la respiración
-Buenas, quiero que me busque un sueño que perdí hará unos quinze años, cerca de la playa de la Barceloneta
-¿Cómo? -dije yo
La mujer cogió aire. cambió de postura en su silla. Mi clavó los ojos y me repitió lo que me había parecido oír. Antes de que mi voz pronunciase cualquier respuesta a aquella petición. Aquella mujer del bolso sacó un fajo de billetes y me los puso sobre la mesa.
-Tenga esto es para ud. Tito. Y si me encuentra mi sueño, pídame lo que quiero. Sé de buena tinta que le gusta el Buaka buaka. -la muy cachonda me sacó una lengua traviesa
Acepté el caso. ¿Quién iba a hacer? La pasta es la pasta. Y desde que había empezado a estudiar filosofía, sabia que trabajar para vivir es lo peor que uno puede hacer en esta zorra vida.
Aquella mujer me sedujo con su narración. Una narración que rayaba una fantasía, cómo decirlo, demasiado exagerada? Me proporcionó todo tipo de detalle para encontrar su sueño. Como he dicho cogí el caso, aunque me arrepintiera
Por cierto la mujer se llamaba Elsa.
No sabía por dónde empezar. Me limité a aplicar la tercera lesión de un maestro buda que tuve en una antigua vida: "Tito cuando no sepas qué hacer, improvisa"
Así que improvisé. A las diez de la mañana del siguiente lunes ya estaba en la barceloneta y, con ayuda de la libretita en dónde había a puntado posibles pistas al escuchar las palabras de Elsa, me puse manos a la obra. Aquello no iba a resultar nada fácil. Porqué ¿que aspecto tiene un sueño? A más de sueños hay muchos. Ya el vivir más cotidiano de deja de ser un sueño. Y otra cosa, un sueño de más de quince años que aspecto tiene. Recorrí la calles que Elsa me dijó que había paseado al lodo de un apuesto caballero. Caballero cuyo nombre no importa. Aquel caballero había seducido a Elsa, hasta llegar a ese dia, un 14 de octubre de quince años atrás. Ese día pasearon su recién amor por las calles de la barceloneta, y de paso por los avenidas del mediterranio. Pero algo pasó. Algo se torcio de imprevisto. A caso era el sueño clave para que la vida de Elsa, al fin fuera la vida de Elsa? No sé.
El caso es que después de quererse en una pensión de la Barceloneta , el caballero seductor marchó con el viento de las primeras horas alba. Y Elsa se dio cuenta que había perdido el sueño de su vida para siempre.
-¿Quieres que encuentre a tu caballero? Pues haber empezado por ahi, le dije a Elsa el día que me había venido a ver. Pero ella había dicho que no quería ningún apuesto caballero. Que quería el sueño. "Qué absurdo", me dije cuándo estaba a punto de volver a la pensión de mi casa, junto a mi chica bigotuda, y eso preciso instante empezó a llover. Era raro (o no) pero también hacia sol. No sé por que, pero metí la manó en una mochilita que traía conmigo y saqué una botella de plástico vacía. Le quité el tapó. Y la medio llené con la lluvia. ¡Yo lo tenía el sueño!
Dani T. julio 2014
Aún me tenía un año y medio de paró, pero pensé en ponerme a trabajar como investigador privado. Había hecho unas practiquillas en una comisaria dels Mossos d'Esquadra, en la avenida Masnou de l'Hospitalet del Llobregat. Al fin aprobé con un notable. No estaba mal.
Los principios suele ser duros. Pero yo tuve suerte, y una vez instalado como investigador privado, fue cuestión de buscar clientes y empezar a desarrollar todo mi talento. Mis especialidades iban desde buscar objetos perdidos, seguir a sospechoso, investigar posibles estafas, buscar a mascotas que se había perdido.
Aquellas alturas yo no me podía quejar. Había encontrado la profesión de mi vida, y la mujer de mi vida: Martirio. Hay mi Martirio ¡Que pedazo de mujer!
Aún vivía en la pensión. Estaba muy bien. Vivía con Martirio y su padre. De momento no me planteaba en buscar piso ¿Para qué? Con la mal que estaban las cosas.
Mis clientes salía contentos y pagaban lo que les pedía. Pero el caso numero 15 que tuve volvió a cambia mi vida unos noventa grados.
2
No tenía despacho. Como trabajaba con el portátil y el móvil, y todo gracia a una oferta que me hicieron en Orengge, para cuarentones autónomos como un servidor, pues no necesitaba nada más. Para quedar con los clientes, quedaba en la bar de la esquina, o en el saloncito de la pensión.Pero como he señalado el caso numero 15 fue algo fuero de serie.
Todo fue de la siguiente manera:
Habia quedado a primera hora de un miercoles 3, de febrero en el bar de la esquina (un bar muy, acogedor, por cierto) con mi nueva clienta. Una señora de unos cuarenta años. Ni alta ni baja. Elegantemente vestida. Rubia teñida y con unos ojos que perforaban y un escote que cortaba la respiración
-Buenas, quiero que me busque un sueño que perdí hará unos quinze años, cerca de la playa de la Barceloneta
-¿Cómo? -dije yo
La mujer cogió aire. cambió de postura en su silla. Mi clavó los ojos y me repitió lo que me había parecido oír. Antes de que mi voz pronunciase cualquier respuesta a aquella petición. Aquella mujer del bolso sacó un fajo de billetes y me los puso sobre la mesa.
-Tenga esto es para ud. Tito. Y si me encuentra mi sueño, pídame lo que quiero. Sé de buena tinta que le gusta el Buaka buaka. -la muy cachonda me sacó una lengua traviesa
Acepté el caso. ¿Quién iba a hacer? La pasta es la pasta. Y desde que había empezado a estudiar filosofía, sabia que trabajar para vivir es lo peor que uno puede hacer en esta zorra vida.
Aquella mujer me sedujo con su narración. Una narración que rayaba una fantasía, cómo decirlo, demasiado exagerada? Me proporcionó todo tipo de detalle para encontrar su sueño. Como he dicho cogí el caso, aunque me arrepintiera
Por cierto la mujer se llamaba Elsa.
3
¿Cómo recuperar un sueño de otro que se perdió unos quince años atrás?No sabía por dónde empezar. Me limité a aplicar la tercera lesión de un maestro buda que tuve en una antigua vida: "Tito cuando no sepas qué hacer, improvisa"
Así que improvisé. A las diez de la mañana del siguiente lunes ya estaba en la barceloneta y, con ayuda de la libretita en dónde había a puntado posibles pistas al escuchar las palabras de Elsa, me puse manos a la obra. Aquello no iba a resultar nada fácil. Porqué ¿que aspecto tiene un sueño? A más de sueños hay muchos. Ya el vivir más cotidiano de deja de ser un sueño. Y otra cosa, un sueño de más de quince años que aspecto tiene. Recorrí la calles que Elsa me dijó que había paseado al lodo de un apuesto caballero. Caballero cuyo nombre no importa. Aquel caballero había seducido a Elsa, hasta llegar a ese dia, un 14 de octubre de quince años atrás. Ese día pasearon su recién amor por las calles de la barceloneta, y de paso por los avenidas del mediterranio. Pero algo pasó. Algo se torcio de imprevisto. A caso era el sueño clave para que la vida de Elsa, al fin fuera la vida de Elsa? No sé.
El caso es que después de quererse en una pensión de la Barceloneta , el caballero seductor marchó con el viento de las primeras horas alba. Y Elsa se dio cuenta que había perdido el sueño de su vida para siempre.
-¿Quieres que encuentre a tu caballero? Pues haber empezado por ahi, le dije a Elsa el día que me había venido a ver. Pero ella había dicho que no quería ningún apuesto caballero. Que quería el sueño. "Qué absurdo", me dije cuándo estaba a punto de volver a la pensión de mi casa, junto a mi chica bigotuda, y eso preciso instante empezó a llover. Era raro (o no) pero también hacia sol. No sé por que, pero metí la manó en una mochilita que traía conmigo y saqué una botella de plástico vacía. Le quité el tapó. Y la medio llené con la lluvia. ¡Yo lo tenía el sueño!
4
Al día siguiente Elsa me se alegró tanto de ver aquella botella.
"Tito, eres el mejor detective del mundo", me dijo. Y mientras me cogia las manos y me las ponía sobre sus caderas, añadió: "te mereces lo mejor" La tentación era mucha, pero yo lo dije que no. Que tenia mujera, y que por nada del mundo podría traicionarla. Entonces Elsa me beso en las mejillas y con un HASTASIEMPRE AMOR se fue a vivir su sueño, o a soñar su vida.
Yo, desde ese día, decidí cambiar de profesión. Acabé de estudiar Filosofía, y con mi chica pusimos una tienda-oficina de sueños perdidos que algún día ya os hablaré de ella.
Nos casamos discretamente en una ceremonia laica (como la perra astronauta, pues éramos y somos unos lunáticos). Y ahora vivimos en una isla perdida de Grecia, en dónde también tenemos la tienda de los sueños.
Dani T. julio 2014
viernes, 12 de julio de 2013
COPAS DE ALQUITRÁN
Otra vez volveré a llamarte demasiado tarde
cuando pasen dos siglos de la última cita,
cuando ya esté más que harto de resucitar
después de haberme muerto con dos copas de alquitrán
y sin tus besos de cósmica y divina pantera.
Otra vez volveré a empezar de la nada
más cotidiana y arrebatadora,
para seducir el grato recuerdo de tus dedos
sobre mis labios ardientes,
como la sorda angustia de la ausencia
del libro gastado del Deseo.
Otra vez te engañaré con el reflejo
de tu propia mirada, arañando
mi corazón hambriento y solitario;
ese ramo de coral rojo
que sobrevive en una miserable pensión
a base de canciones de Tom Waits
i copas llenas de Vichy Catalán
julio, 2013 Dani T
viernes, 5 de julio de 2013
Inspiración a partir de "El retrato de Dorian Gray"
Narciso inconsciente,
nacido de piropos y mimos,
tanto te han amado
-tanto te has amado-
que te has perdido
en ti mismo.
Oh, Dorian Gray,
envidiado por tantos,
odiado por otros muchos,
infeliz al fin y al cabo,
porque sólo puedes amarte a ti mismo.
Y, aun esto último, lo dudo.
Porque te importan más tu belleza y tus rizos
que la bondad de tu alma, tu espíritu,
al que deformas con desprecio y orgullo,
como un Peter Pan malcriado y perdido.
Sí, estás perdido,
tan perdido que ni siquiera el cuadro que refleja tu alma
te orienta en tu destino.
¿Malos amigos, malos libros?
Moraleja: vigila quien te acompaña en tu camino.
Cuadro: Arlequín con espejo (Picasso, 1923)
lunes, 1 de julio de 2013
Yo sí,Tú no
Sé que te quiero,sé que no me quieres.
Bebería los vientos por tí,dejarías pasar la brisa cerrando los ojos sin reparar en mi.
Besaría tus labios,tú mirarías hacia otro lado.
Iría a morir para que vivieras,vivirías sin pensar que he muerto.
Te veo como rosa roja entre margaritas,me ves como un grano de arena más.
Eres mi amiga,tú eres amiga de mis amigos.
Eres única para mi,yo soy uno más para tí.
Para mi eres la música,para tí soy el silencio.
Estoy lejos de tí y querría estar a tu lado,tú preferirías mantener las distancias.
No sé por qué sigo sintiendo algo por tí,tú sabes lo que quieres y sé que no soy yo,así que desde el fondo te dedico estas palabras que no escucharás,ni leerás,ni entenderás...
Supongo que no desearás que interrumpa mi marcha,como a todo el mundo sin distinción,pero hago un alto permanente en mi camino deseando que el tuyo esté bañado por la dicha,la felicidad y la abundancia.
Adiós,pequeña,adiós.
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